diumenge, 10 de gener del 2010

Diez años antes.

Una mujer de unos treinta y tantos cogió un bebé de su cuna y lo vistió. Le puso un vestido rosa encima de una camisa blanca, unas medias amarillas y unos zapatos. Luego puso a la niña en un cochecito, la madre la llamó Liesel. Liesel y su madre se fueron a la consulta, la niña parecía enferma.
-Solo tiene un catarro.- dijo el médico.
La madre se sintió aliviada. Cogió a su hija en brazos y se fue con ella a una pequeña tienda de un pueblo y le compró un par de jerséis y una falda, también se quedo con dos gorros y una bufanda. Fuera nevaba así que puso la niña en el cochecito y corrió hacia el primer bar que encontró. Pidió leche caliente y un café. Con el vaso de leche rellenó un biberón. Se tomó su café y luego se relajó en la silla, acomodó a su hija entre sus brazos y le dio el biberón tranquilamente. Pasaron así más de diez minutos hasta que un seguido de disparos hicieron que la madre pusiera a su bebé en el carrito y empezara a correr por la calle hasta llegar a su casa. La madre se miró a su hija.
-Tu vida no va a ser fácil. Me mantendré junto a ti hasta que no pueda más, luego tomaré la decisión que crea mejor para ti Hasta entonces quiero que sepas que te quiero, te quiero mucho Liesel.
El bebé se rió de forma graciosa y su madre le devolvió la sonrisa.

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