diumenge, 10 de gener del 2010

Diez años después...

Se abrió la puerta de un hotel neoyorkino y de él salió una mujer morena junto a un hombre de aspecto judío, con una importante nariz y de cabello moreno. Liesel agarró la mano de Max y caminaron por la calle. Ella entro en un café y salió con un capuchino y un café solo. Y se sentaron en un banco del parque.
-Hace diez años…- dijo él con cierta tristeza.
Ella lo miro con los ojos vidriosos y Max le pasó el brazo por el hombro.
-Es como si nunca hubiera ocurrido, además, ahora tenemos otra vida, completamente distinta y mejor. No quiero volver nunca.-Contestó Liesel.
Ahora ella era una estudiante de derecho de último curso. Su profesor le había prometido un trabajo de bacante en su despacho. Max escribía una columna en el New York Times sobre problemas sociales.
Max y Liesel se habían casado hacía dos años. Llegaron en avión cuando ella tenía 18 años para empezar una nueva vida. Allí habían pensado en tener hijos pero Max creyó que era mejor esperar a que su vida se estabilizara, Liesel debía acabar los estudios y conseguir trabajo para poder empezar a formar una familia. Aún así, tenían un piso perfecto para su futura familia. Su casa estaba en un buen barrio. En Nueva York habían creado un grupo de amigos, salían todos los sábados a cenar. La mayoría de sus amigos eran estudiantes de la universidad de Liesel pero también había algún compañero de Max.
Desde entonces sus vidas cambiaron, ahora los dos eran felices y sin olvidar sus orígenes habian construido una nueva vida.

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